Agua superficial: muchos potenciales productores preguntan
por el uso de agua proveniente de arroyos, ríos, embalses,
aparentemente de excelencia en calidad. Esta agua, una vez
comprobado por análisis su calidad, es totalmente apta para
cultivos, pudiendo canalizarse hacia estanques, raceways o
laboratorios de incubación, eclosión y primer alevinaje. Siempre
deben ser aguas exentas de contaminación. Si se sospecha que
pudiera existir contaminación de alguna clase, deberían entonces
realizarse los análisis correspondientes. Si el caudal no
fuera suficiente podrá combinarse con agua de extracción de
pozo, según los requerimientos. Para una toma de agua superficial
es imprescindible conocer las instalaciones existentes aguas
arriba de la propia toma del emprendimiento acuícola, por
posible presencia de industrias y/o desechos dañinos o bien,
estar seguro de que el caudal imaginado no será disminuido
por su uso en otros cultivos, situación que ya ha ocurrido
en nuestro país, con un desastre económico para una productora
de peces.
Otra
forma de contaminación adicional cuando se utilizan aguas
superficiales, es la introducción a los cultivos de organismos
no deseados, (inclusive huevos embrionados de peces) que pueden
resultar posteriormente, predadores de los animales bajo cultivo,
o elementos vivos que transportan enfermedades no manifestadas
en su ambiente natural, al encontrarse en baja densidad en
las aguas de abastecimiento; pero que pueden afectar rápidamente
a los organismos bajo cultivo sembrados a mayor densidad,
produciendo grandes pérdidas al productor. Por estos motivos,
se indica que, si el abastecimiento a utilizar proviene de
aguas superficiales deberán tomarse los recaudos de filtros
y zarandas adecuados a la entrada de la misma y tener en cuenta
que aún utilizando bombeo de aguas superficiales penetran
huevos embrionados que alcanzan posteriormente a desarrollarse
en los estanques de cultivo (ejemplo de tarariras y dorados).
Debe también ponerse atención en el uso de agua de superficie,
si la misma presentara abundantes sólidos en suspensión o
arrastres en determinadas épocas (arena fina, arcilla y barro)
que en altas proporciones y mantenidos durante períodos importantes
pueden ser nocivos para las especies en cultivo en general,
y especialmente para las fases iniciales (huevos, larvas y
pequeños alevinos o post-larvas). En algunas áreas, las aguas
de deshielo en determinadas épocas, suelen arrastrar grandes
cantidades de arcilla o limo que no son convenientes para
los cultivos a altas densidades.
Agua subterránea: antes de su utilización, es conveniente
determinar primero su calidad, flujo y cantidad a utilizar
en el cultivo a implementar. Se determinará el número de pozos
que sean necesarios para la producción inicial y futura inmediata,
además de abastecer el resto de las necesidades de un emprendimiento
(no referidas directamente al cultivo), sino a las otras actividades
ligadas al mismo (procesamiento, higiene, etc.). En cultivos
de aguas cálidas-templadas, donde se trabaja en acuicultura
semiintensiva, a menor requerimiento, pero con cerramientos
de alto porte (mínimos de 1 ha en engorde) deberá calcularse
además del abastecimiento y recambio normal según el cultivo,
el agua necesaria para el llenado inicial de los estanques
y el flujo para expansión futura del emprendimiento.
Respecto
de la calidad del agua de napa a utilizar, en general, las
áreas de gran desarrollo poblacional, poseen napas superficiales
que suelen estar contaminadas y la extracción deberá ser de
pozo profundo, de entre 60 a 80 m; mientras en áreas exentas
de contaminación es posible utilizar napas menos profundas.
En el caso de las napas de mayor profundidad, la temperatura
es más favorable y homogénea, fijándose en general, entre
los 13, 17, 18°C, dependiendo de la región climática del país.
Otras napas posibles presentan temperaturas termales de 22°C
y hasta 37°C constante. En estos casos, si la temperatura
es muy alta se mezcla con agua de una menor y se obtiene la
deseada. Como el agua de pozo carece de oxígeno, deberá ser
previamente aireada a la entrada de los cerramientos de cultivo,
en forma suficiente y de acuerdo a las necesidades de las
especies a cultivar. Ello se hace comúnmente por medio de
canales abiertos, cascadas, spray o bien, aireación suplementaria.
En el caso de algunos organismos en cultivo en zonas marginales,
el contar con agua de las temperaturas mencionadas puede favorecer
el crecimiento en determinados períodos del año. |